16. TUTOR IDEAL

    En el post anterior opino sobre la película La profesora de historia, donde la tutora de una clase con un rendimiento mínimo consigue que sus alumnos se vuelquen en cuerpo y alma en un proyecto educativo, por otra parte, también analicé en al post referente a las competencias y el trabajo realizado en la Fundación Tomillo la importancia que tiene transmitir a los alumnos valores y conocimientos que traspasen el ámbito académico propiamente dicho. Por ello y a modo de síntesis describiré a continuación las características que debe reunir en mi opinión un tutor ideal.

    Parto de la base de suponer que los conocimientos correspondientes a su materia los explica de forma efectiva y crea un ambiente favorable en clase para ello, pero esto no corresponde a un tutor exclusivamente, debería ser condición indispensable para cualquier profesor. 

    En cuestión de gestión de la clase, creo que el aspecto principal es el equilibrio entre la autoridad y la permisividad, flexibilidad muy complicada de conseguir ya que resulta fácil tender más hacia una de las dos vertientes y, en ambos casos, no conectar de manera correcta con los alumnos, ya sea por animadversión hacia ti o por falta de respeto. Aquí hago mención especial a Charo, mi profesora de matemáticas en el instituto y que mejor gestión de la clase he vivido durante todos mis años académicos.

     La siguiente condición que debe cumplir un buen tutor es el interés por el contexto individual de cada alumno. La clase la forman alumnos con vida y situación personal propia, esto le hace tener unas necesidades particulares que el tutor debe conocer para adaptar al máximo las estrategias tanto de aprendizaje como de orientación. Esto hila directamente con el hecho de que un tutor debe ser orientador y guiar al alumno durante su etapa escolar, no decidir por él, pero si exponerle sus opciones y aconsejarle de nuevo de acuerdo con su situación.

    También enlazando con un post anterior, el tutor tiene un papel muy importante en la motivación del alumno, esto no significa necesariamente que deba estar detrás de él continuamente, pero si que lleve un control directo e indirecto para así saber cuando su estudiante necesita una dósis de autoestima, siendo para ello vital dominar el punto anterior y conocerle personalmente. Es muy beneficioso en este sentido trabajar la automotivación para que sea el propio individuo el que mantenga su nivel de interés y piense que tiene la capacidad suficiente para afrontar cualquier problema normal de la adolescencia. 

    Por último, creo que la comunicación con los padres o tutores legales es necesaria, pero no obligatoriamente total dependiendo de la situación. Lo más común es que los padres presentarán interés y preocupación por la vida de su hijo en general y por el campo de la educación en particular, siendo beneficioso un trabajo conjunto, pero no siempre será así y la tutorización se hará más complicada, siendo necesaria una motivación extra y ayuda extra tanto al alumno como al tutor.

    En resumen creo que la figura del tutor tiene más valor del que muchas veces se le da y si su actuación es correcta el beneficio para el alumno es enorme, es necesario para ello una entrega por parte de dicho tutor que tendrá que dedicar mucho tiempo y esfuerzo por la causa. 


    

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