17. El fin de las profesiones artísticas. La era de la IA.

    Desde la aparición de la tecnología se ha fantaseado con la posibilidad de que los Robots (entendidos como máquinas electrónicas generalmente antropomórficas) lleguen a tener una especie de conciencia propia que les de autonomía e independencia del humano que lo creo, pudiendo incluso someterlo a su antojo.


    Lo siento amante de la conspiración, pero esa situación esta bastante lejos si es que se llega a cumplir, y no porque no se alcancen los avances tecnológicos necesarios, sino porque espero que los humanos no permitamos dejar al azar la generación de una conciencia propia en una máquina sin saber la bondad de esta o a semejanza de un informático particular. Además, estrictamente si hablamos de tecnología o informática, nunca podremos crear o generar algo que no haya sido pensado o programado previamente por un programador o equipo de programadores por lo que la culpa o responsabilidad siempre la acabará teniendo un humano. 

    Lo que si es cierto es que la Inteligencia Artificial, más conocida por sus siglas IA, está en auge y es el futuro de muchos campos científicos, pero también lo es de artísticos y a nivel de "andar por casa". Una IA no es mas que un algoritmo (conjunto de comandos o instrucciones) formado a partir de muchos ejemplos que aparentemente toma decisiones inteligentes. Cuando Netflix te recomienda películas personalizadas, cuando Gmail considera que los mensajes son publicidad o cuando en Amazon te sale publicidad de productos que en ese momento te vendrían bien se está aplicando una IA.

    Los ejemplos anteriores son situaciones muy simples donde aparece la IA, pero actualmente están cogiendo mucha fuerza las aplicaciones que crean imágenes a partir de un pequeño texto o descripción introducida por el usuario. Estas imágenes pueden ser del estilo que se desee y pueden aparecer personajes famosos, con el peligro que esto supone. Estas son imágenes ejemplo creadas artificialmente.


    Además de en imágenes, también es posible realizar resúmenes de textos automáticamente,  generar audio con voces famosas o anónimas o generar videos cortos, todo ello con una simple descripción y gracias a una base de datos con millones de ejemplos. En base a esto, parece lógico pensar que más pronto que tarde podamos generar libros que cumplan las condiciones que queramos, o películas a la carta con los actores que más nos gusten y siguiendo la trama que nos apetezca en ese momento: 

    "Quiero que Leonardo DiCaprio tenga un romance con Santiago Segura en Palencia y acabe en un crimen resuelto por un caballo detective". Dicho y hecho.

    Esto, que aparentemente es un avance beneficioso, puede desembocar en la desaparición de profesiones artísticas, eliminando gradualmente la creatividad en la sociedad. ¿Para que van a existir escritores, poetas, directores y pintores si cada uno puede crear el contenido que quiera al instante y a un precio irrisorio? Quedaría únicamente un reducto para la gente que fuese extremadamente buena introduciendo la información que haga que las IA diesen resultados por encima de lo común, pero solo para casos y ocasiones especiales. 

    Yendo más allá y relacionándolo con el mundo de la educación ¿Podría llegar el punto de que existiera una IA capaz de reemplazar al profesor en el aula o que incluso trasladase el proceso de enseñanza a casa?. Parece una locura, los contenidos académicos que debería transmitir es tarea fácil de implementar, la dificultad recae en programar la interacción con los alumnos, las posibles preguntas, evaluación, resolución de conflictos... Aparentemente es prácticamente imposible pero, visto lo visto, con una base de datos que contenga ejemplos e información suficiente se podría crear un algoritmo capaz de gestionar todos estos aspectos, e incluir un laser  mortal por si la clase se va de las manos claro está.

    Todo esto parece un mundo del futuro, pero si pensamos que en apenas 20 años hemos condensado y simplificado las herramientas necesarias para nuestra vida cotidiana en un solo dispositivo, nuestro querido smartphone, siendo totalmente dependientes de él, no suena tan raro.

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